Aquella tarde oscura y gris.
Cuando la tristeza nos consumia.
Una madre desesperada.
Con su hijo en brazos, gemía.
II
Y ella decía: " Por qué hijo mío
vivimos esta calamidad
si nuestro deseo es vivir tranquilos
y con mucha humildad.
III
De estas catastrofes naturales.
no podemos culpar a nuestro Dios,
son responsabilidades del hombre
que quiere cambiar lo que El ya creó.
IV
Hijo mío, un consejo te voy a dar
no desvíes nuestros ríos.
no containes su andar
mejora nuestro entorno
y una mejor vida alcanzarás
AUTORA: PAULA CANTILLO.
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